Durante casi cuatro semanas, el submarino viaja al suroeste de Irlanda y un destructor lo retiene bajo el agua durante su primer ataque a un convoy inglés. Las cargas de profundidad explosivas arrojan a la tripulación y al submarino al caos. Pero el teniente logra maniobrar al U-96 fuera de la zona de peligro. Posteriormente, el submarino entra en un período de tormentas que duran más de tres semanas.