Los efectivos del NCIS abren una nueva investigación cuando un marine, Brandon Valdivia, es arrojado desde la azotea de un moderno hotel. Tras estudiar el historial financiero de la víctima, Kensi y Dom constatan que el fallecido y su empleado, Alex Walter, participaron en una operación de falsificación de dinero. Natalie Giordano, agente del Servicio Secreto, informa a los expertos en infiltración que este caso está relacionado con una red de falsificación a la que está investigando. Posteriormente, los miembros de la Oficina de Proyectos Especiales localizan a Walter, quien afirma que él y Valdivia falsificaban billetes con unas planchas que encontraron cuando estuvieron destacados en Bagdad.