Una descarga electromagnética a las 9:02 P.M. deja la ciudad a oscuras. Los ciudadanos reciben mensajes telefónicos que alertan de que se ha cerrado el gobierno federal y que cada uno de ellos está bajo la jurisdicción del pueblo. Es la primera vez desde la explosión, que la gente se da cuenta de que cada uno debe ser responsable de mantener la ley y el orden en su ciudad.