Después de un ataque con armas químicas en el metro, Liz y el FBI buscan al hombre responsable. Liz llama a regañadientes a Red porque necesita su ayuda al haber localizado a la siguiente persona en la lista negra, un brillante científico llamado Frederick Barnes, pero los datos que tiene ahora la dirigen en dirección a un callejón sin salida. Mientras tanto, Liz no quiere tener nada que ver con Red tras haber implicado a Tom.