En este primer capítulo se trata de dar una visión de la Extremadura anterior a la sublevación: campesinos y jornaleros sin recursos, grandes terratenientes propietarios de las tierras y prácticas caciquiles, jerarquías conservadoras en la iglesia y en el ejército, analfabetismo… Con la proclamación de la II República nacen unas esperanzas de cambio para esta dramática situación, que se materializan, entre otras medidas, en la puesta en marcha de la ley de reforma agraria. La sociedad quedó dividida y el ambiente de intranquilidad de julio de 1936 terminó en la sublevación de un sector del ejército y de la sociedad que fue el preludio de la Guerra Civil.