En el año 1350, Pedro I, nacido en 1334, sucede a su padre Alfonso XI en el trono de Castilla y León, para morir tan solo 19 años más tarde, asesinado por su hermano Enrique de Trastámara. Pedro I será el primer rey en jurar los fueros vascos ante el árbol de Guernika. Con él Castilla consigue la hegemonía del comercio de la lana en detrimento de Flandes. Además, obliga a los nobles a pagar un sueldo a sus campesinos.