Una pista anónima lleva a Martin Raikes, un empleado de banca norteamericano, a Mónaco para investigar los sospechosos movimientos bancarios del grupo Lumière, dedicado a la producción de películas. Allí conoce a Jake Mallows (Michael Caine), un borracho y decadente jugador que, en su juventud, fue un actor famoso. Mientras realiza su trabajo, Raikes se ve amenazado por una extraña conspiración que lo acusa de un crimen que no ha cometido, siendo muy difícil para él demostrar su inocencia.