Ángel fue marcado al nacer por una maldición que convirtió su vida en un infierno. La muerte de su madre en medio de rituales de brujería y los maltratos psicológicos y físicos de su padre llevaron a este frágil ser a crecer y convertirse en un espectro justiciero que desata una serie de hechos sangrientos allá por donde pasa. Él es El Silbón, un alma en pena con sed de venganza eterna que recorre los llanos venezolanos.