Hollywood, 1927. El cine sonoro acaba de nacer y los grandes estudios de cine, atendiendo a la demanda de millones de hispanohablantes, empiezan a producir versiones en español de sus más ambiciosas producciones. Es entonces cuando un grupo de directores, guionistas y actores españoles decide instalarse en Los Ángeles con el propósito de hacerse un hueco entre las más grandes estrellas.