Es el día de Navidad, y Wicky, el limpiador de la escena del crimen, está ansioso por la rifa navideña de Weasel en el pub. Primer premio: un caballo real. Todo lo que se interpone en su camino es una escena del crimen empapada de sangre en una heladería y un cliente habitual que no va a dejar que un pequeño detalle como un asesinato le impida conseguir el helado de durazno melba perfecto.