Peter se niega a asistir a la actuación del coro de Chris y en su lugar se queda toda la noche en casa sentado en el sofá, mirando la tele mientras come bocadillos. Cuando la familia llega a casa, Peter dice que planea permanecer en el sofá todo el fin de semana. Sin embargo, termina literalmente fundido en el sofá, y quitarlo sería peligroso y doloroso, por lo que decide quedarse en él. Sin embargo, cuando Peter se queda atrapado en una puerta, el intento de Chris de ayudarlo a pasar acaba con Peter y su sofá rodando por las escaleras. El médico consigue despegar el sofá, pero Peter está en coma. Peter se encuentra con Dios cara a cara.