Un lunático tiene en vilo a la ciudad, colocando ositos bomba y dejando mensajes. Gary ayuda a la policía a adelantarse al terrorista, pero cada vez que llegan al lugar señalado, el lugar de la explosión cambia en el periódico y ni rastro del terrorista, que parece ir un paso por delante. Mientras, Chuck es detenido por multas de tráfico y es encerrado en una celda con el mismísimo Santa Claus.