Rosa acompaña de compras a su hija Claudia, aunque parece que tengan las edades cambiadas: mientras que Rosa solo se prueba modelitos escandalosos de poca tela, su hija no puede estar más apocada. Y es que Claudia está apenada por el divorcio de sus padres. ¿No le da pena a Rosa no volver a dormir con Antonio? La Ruano tiene un momento de debilidad en el que parece arrepentirse de su separación: ¿qué será mejor, la mentira… o la soledad?