Unos fenómenos extraños señalan la presencia en la villa del sucesor de Cristo. Águila Roja y Sátur están cada vez más cerca de encontrarlo. El héroe está seguro de que monseñor Adrián está implicado en la investigación, y se enfrenta a él tratando de averiguar la verdad. La Marquesa, impactada por los castigos que reciben las mujeres adúlteras, organiza reuniones de lectura con un grupo de damas. Pero el objetivo de Lucrecia va más allá del inocente disfrute de la lectura. El asunto se le va de las manos y acaba perjudicando al Comisario. Mientras tanto, Mendoza descubre, al fin, cuál es la misteriosa misión que le encargó el Vaticano a monseñor Adrián.