Sátur despierta de una borrachera y no recuerda nada de la noche anterior. Poco después es acusado de un terrible delito y todo apunta a que es culpable. Águila Roja investigará a su fiel amigo y tendrá que tomar una difícil decisión: entregarlo o no a la justicia. Mientras el Comisario busca a la persona que está detrás de las publicaciones clandestinas que circulan por la Villa, la Marquesa descubre que alguien ha puesto precio a su cabeza. Hernán decide organizar una fiesta en el palacio para encontrar al que quiere acabar con Lucrecia. Alonso gana su primer sueldo como guardia del Comisario, y Gonzalo teme que su hijo se convierta en una persona cruel y sin escrúpulos. Alonso será castigado por Águila Roja para que entienda que debe abandonar el empleo, pero el chico está convencido de seguir con su plan.