Después de pasar nueve meses encerrada en un convento, Mariana da a luz completamente sola, sin embargo, le informan que su bebé, lo único que le queda de Joaquín, falleció. Una enfermera secuestra a dos bebés, pues no logra identificar a cuál de ellos es a quien debe llevarse, por esta razón tanto Mariana, como otra mujer, quedan desconsoladas con su pérdida, pues solo reciben las actas de defunción de sus hijos y no sus cuerpos.