Selina, enfrentada a falsos rumores de desavenencias con la primera dama, sofoca las acusaciones de que la única culpable es ella, aunque en realidad es así. El gabinete de la vicepresidenta intenta manipular cómo se interpreta la incorporación de un empresario del petróleo al grupo de trabajo de Empleo Limpio. Gary escoge perros para la vicepresidenta, aunque la hija de Selina, Catherine, que está de visita, tiene la última palabra.