El plan de la bomba no sale nada bien: los enemigos han conseguido desactivarla. Crichon entonces opta por seguir una idea de Scorpius: destruir las plantas de los Scarran, pues según él gracias a sus propiedades esta raza es inteligente, sin ellas como alimentos serían meros animales. Por cierto, como era de esperar, Scorpius no sabe nada de los agujeros de gusano, fue un engaño de Harvey para que Crichton le rescatara. Armando otra bomba el grupo se enfrasca en una batalla prácticamente suicida. Encerrados en la cámara de la planta no ven otra opción que salir haciendo túneles con la maquinaria y soltar la bomba cuando supongan que la distancia les permitirá salvarse. Aprovechando el caos huyen a Moya.