Lina está preocupada por la naturaleza turbia de los trabajos que está obteniendo Franz y lo hace conocer a un amigo de la familia, Otto Lüders, quien hace que Franz se una a él vendiendo cordones de zapatos de puerta en puerta. En un apartamento, Franz se encuentra con una mujer a cuyo difunto marido se parece mucho. Tiene sexo con la viuda y luego se lo cuenta a Otto. Otto va al piso de la viuda e intenta seducirla, pero ella lo rechaza. Otto extorsiona dinero y le roba en respuesta. Cuando Franz regresa con la viuda, felizmente esperando otra cita, ella lo rechaza con enojo. Angustiado, Franz se escapa para vivir en una pensión mientras Meck y Lina lo buscan.