A los hermanastros Tyler y Avery les está costando adaptarse el uno al otro en su nueva familia. Así que su padre decide adoptar un perro con la esperanza de que sirva para afianzar sus vínculos. El plan es efectivo, especialmente porque Stan, la nueva mascota, tiene un secreto que tendrán que guardar como oro en paño: ¡habla! Lo que ni siquiera Tyler y Avery saben es que Stan también tiene su propio blog donde comenta, día a día, la vida de su nueva familia vista desde la perspectiva de un perro.