El programa viaja por primera vez a Melilla y lo hace con la intención de ayudar el restaurante-tetería de un joven dueño de lo más particular. La Tetería Nazarí está regentada por Mohamed, un amante de este tipo de gastronomía y un jefe completamente desconcertante: es déspota y tierno al mismo tiempo, se emociona en el momento menos esperado y tiene tanto miedo a que le copien sus recetas que no las ha revelado a nadie, ni siquiera a sus empleados.