El equipo desplegado en Costa Rica descubre que su barco ha sufrido un sabotaje. Después de un intenso día de reparaciones, los motores comienzan a funcionar y el equipo vuelve a la acción, pero el júbilo no tarda en dar paso a la preocupación debido a la lesión de dos de sus miembros. El equipo restante vuelve a Puntarenas, accede a los muelles buceando por la noche y logra colocar dispositivos de localización GPS a dos de los barcos sospechosos. Después de una huida no exenta de incidentes, regresan a la base.