Ante la falta de efectivos lo suficientemente eficientes dentro cuerpo de los Mossos d'Esquadra, Manel Ramíres, el comisario general de Girona, nombra al policía municipal Joan Vicenç Aymerich y Palomero, como el agente del orden encargado de ir a recibir a Harry Scalletti a su llegada a la ciudad.