La determinación de McCall de detener a Mason Quinn, el criminal responsable de la muerte de Bishop, se convierte en una peligrosa obsesión que podría costarle todo. Además, Delilah finalmente se encuentra con el equipo de vigilantes de su madre cuando necesita la ayuda de Harry y Mel para demostrar que un compañero de clase convirtió a su mejor amiga en víctima de la pornografía vengativa.