Un policía de tráfico es asesinado mientras cumplía con su trabajo y Horatio y los demás tendrán que dar con el paradero del asesino. Solamente hay un testigo, el compañero del agente, pero ha desaparecido. En la escena del crimen, Calleigh encuentra trazos parciales de las ruedas y descubren que el número de matrícula que anotó el agente era de una placa de matrícula robada. Las primeras pruebas les llevan a Missy Marshall, un estudiante de un colegio católico que cree saber quién es el asesino.