Tras el hallazgo del cuerpo de un oficial de inteligencia de la Marina, las pruebas apuntan como principales sospechosos hacia un equipo de los Navy Seals que están a punto de partir hacia una misión de rescate de rehenes. El agente Sam Hanna, exmiembro de esta misma división, será el encargado de interrogar al grupo, hecho que podría poner en peligro la misión.