Aterrorizados, cubiertos de sangre y sin atreverse a mirar atrás, Jordán y Cornelia huyen en medio de la noche a través de un paisaje desértico. A pesar de ser solo niños, son perseguidos implacablemente por un grupo de personas, sedientas de venganza. Afortunadamente, encuentran un escondite en la oscuridad, pero no por mucho tiempo.