Tras disculparse con una anciana a la que siempre tomó por bruja (al igual que el resto del pueblo) por una gamberrada que le hizo en el pasado, Earl es invitado por la misma a su casa, en cuyo sótano termina encerrado como consecuencia del ansia de venganza de la mujer, quien pretende hacer lo mismo con todo aquel que la humilló en el pasado. Joy repara en que no cae bien a sus conocidos, motivo por el cual pone sus esfuerzos en parecer amable.