Ataru entra de polizón en una nave y besa a la princesa Kurama, la cual está expuesta a una tradición, que es si alguien la besa el hombre se casará con ella durante una noche y así garantizar el desarrollo del la tribu de los cuervos al que ella pertenece. Kurama no le agrada pasar una velada con Ataru, por lo que intenta cambiar su conducta lujuriosa de diversas maneras.