Los miembros del personal de Kissuisō esperan e intentan prepararse mentalmente para la llegada de Satsuki. Sui pone a Nako a cargo de cuidar a Satsuki, mientras que los demás especulan sobre si es una buena idea o no. Al llegar, Satsuki comenta que la posada no ha cambiado en absoluto desde sus años de niña y critica constantemente cómo se hace todo.