El Cuerpo de Élite se enfrenta a una nueva y arriesgada misión. El patrimonio cultural del país está en grave peligro debido a los continuos chantajes de una condesa sin escrúpulos, que está vendiendo las obras de arte de su museo para presionar al gobierno a cambio más subvenciones. Para evitar que el cuadro salga del país, los agentes van a tener que convertirse en ladrones de guante blanco. Por primera vez en su vida, Berta comienza a cometer errores en una misión, todo por culpa de sus sentimientos por Salva. El andaluz no se da cuenta de nada, concentrado en convertirse en un auténtico agente de élite. Elena se entera de que su hijo Martín no ha sido invitado a un cumpleaños y pone todos los medios del Cuerpo para descubrir al culpable. Iñaki y Andrea cada día se gustan más, pero no consiguen tener una cita por culpa de la apretada agenda de ella. Mientras, Ocaña está decidido a mejorar su imagen tras el desastre del último CIS.