Marta y Touri visitan el Castillo de Pambre, donde descubren la leyenda de la dama blanca de la mano de un guía no menos misterioso. Después, tienen la oportunidad de aprender a tallar la piedra guiados por un cantero y siguen caminando hasta llegar al balneario abandonado de Frádegas, donde vuelven a encontrar historias mágicas. En Melide comen en la pulpería más famosa del Camino y en Boente conocen a un hombre con una colección impresionante. A continuación, firman una cerveza en la Casa de la Tía Dolores y se desvían hasta el embalse de Portodemouros, que cruzan con la barcaza para llegar al museo más dulce que han visto en toda su vida. Pero nada tan dulce como llegar, por fin, a Santiago de Compostela.